El culto a la muerte en México data de 1.800 a.c, muchos siglos antes de la llegada de los españoles a América. Los colonizadores aceptaron parte de las tradiciones de los antiguos pueblos con el fin de poder implantar el cristianismo y las adaptaron a las tradiciones cristianas.
Para esta fecha, son comunes los altares de muertos. El altar de muertos es un elemento fundamental en el conjunto de tradiciones mexicanas del Día de muertos, que consiste en instalar altares domésticos en honor de los muertos de la familia. En dichos altares se depositan ofrendas florales , alimentos y bebidas para rendir tributo a los antepasados familiares, a los difuntos cercanos o a personajes ilustres, todo acompañado de velas, fotos de los difuntos y otros adornos.
Para esta fecha, son comunes los altares de muertos. El altar de muertos es un elemento fundamental en el conjunto de tradiciones mexicanas del Día de muertos, que consiste en instalar altares domésticos en honor de los muertos de la familia. En dichos altares se depositan ofrendas florales , alimentos y bebidas para rendir tributo a los antepasados familiares, a los difuntos cercanos o a personajes ilustres, todo acompañado de velas, fotos de los difuntos y otros adornos.
La muerte está muy presente en la vida cotidiana de los mexicanos, encontrando referencias a la misma en cada rincón, en detalles, decoración, etc.
Por eso mismo no es de extrañar que uno de los elementos decorativos que nunca falta en los altares de muertos sean las calaveritas representando a la muerte.
Y para estas fechas es cuando se elabora el pan de muerto, un pan dulce (bollería) relacionado íntimamente con dicha festividad. La forma típica del pan de muerto es una bola redonda sobre la cual se coloca una más pequeña que representa el cráneo (calavera) y, alrededor de la misma, 4 o 6 huesitos.
Dependiendo del lugar de México, éste podrá estar elaborado de una u otra forma y decorado de distintas maneras. En Puebla, por ejemplo, se decora con ajonjolí (sésamo).
En la familia de Ramón había tradición de juntarse los hombres de 4 o 5 familias a elaborar el pan de muerto. Para ello, alquilaban un local de una panadería con una mesa de trabajo grande donde los hombres se daban cita para dicho fin, el día 29 de octubre hacia las 22H00 y comenzaban a amasar y preparar dichos panes, los cuales terminaban de elaborar hacia las 5 de la madrugada del día siguiente. Cuando terminaban, cada uno volvía a su casa con sus panes correspondientes para consumir durante la festividad del día de muertos entre los miembros de su familia.
Y, sin más, vamos con la receta. Mi intención era hacer la receta del pan de muerto de Frida Kahlo del libro "Las fiestas de Fridha y Diego", escrito por Guadalupe Rivera, hija de Diego y Lupe Marín, pero me pasó lo que en la vida me había pasado, tuve 3 estrepitosos fracasos culinarios seguidos. No había manera de seguir su receta y cada intento de adaptarla era un fracaso mayor. Al final decidí adaptar la receta de Karla Hernández, del blog Pizca de sabor. Cambié los aromatizantes y el glaseado final, lo sustituí por ajonjolí, tal y como se acostumbra en Puebla.
INGREDIENTES (para 2 panes medianos o uno grande)
- 1/4 de taza de mantequilla (50gr)
- 1/4 taza de leche tibia (60 gr)
- 1/4 taza de agua tibia (50 gr)
2 huevos grandes batidos
- 1 cucharadita de vainilla
- 3 tazas de harina de fuerza (365gr)*
- 1 1/4 cucharadita de levadura seca de panadería
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/4 taza de azúcar (62 gr)
- 1 cucharadita de canela
- 1 huevo para pintar la superficie.
- Ajonjolí (sésamo) para decorar
(*) en México no hay tanta variedad de harinas como tenemos aquí y se utilizaría harina de trigo normal. En mi caso, tal y como haría con cualquier receta de este tipo, es decir masa de bollería fermentada, utilizo harina de fuerza o gran fuerza, ya que contiene mayor porcentaje de proteínas, por lo que aporta mayor cantidad de gluten a la masa
Este tipo de recetas no son complicadas, sin embargo precisan de tiempos de levados largos que hay que respetar para conseguir que fermenten y leven bien.
El amasado y primer levado recomiendo que se haga la noche anterior y dejemos reposar toda la noche en la nevera. Al día siguiente daremos forma, dejaremos que duplique su tamaño y hornearemos. De esta forma no tenemos que estar pendiente todo el día de que nuestra masa leve y consiga duplicar su tamaño. Dependiendo de dónde vivamos y lo cálidas o no que sean nuestras casas, este proceso puede variar de una a varias horas.
ELABORACIÓN:
En primer lugar procedemos a AMASAR. Explicaré el proceso del amasado de forma manual, con thermomix, amasadora o panificadora.
En primer lugar derretiremos la mantequilla en un bol sin que llegue a calentarse demasiado, unos segundos al microondas bastarán.
Manual:
En un bol grande colocamos todos los ingredientes secos excepto la sal (harina, azúcar, canela y levadura). Hacemos un hueco en medio y vamos incorporando los líquidos (mantequilla derretida, leche, agua, huevos batidos, vainilla). Mezclamos bien todos los ingredientes con ayuda de una espátula de panadero o cuchara de madera. Una vez bien mezclados, volcamos la masa sobre una superficie enharinada, y procedemos a amasar. La sal la incorporamos a mitad del amasado. A mí, personalmente, el método de amasado manual que más me gusta es el amasado francés. Podéis verlo bien en este vídeo de La cocina de Babette.
En Thermomix:
Volcamos los ingredientes en el vaso (salvo la sal) y mezclamos 30 segundos a velocidad 6.
Amasamos 3 minutos en velocidad espiga. Incorporamos la sal una vez transcurrido el primer minuto.
Amasadora:
Incorporamos los ingredientes (salvo la sal) en la cubeta de la amasadora con el accesorio gancho. Mezclamos 2 minutos a velocidad baja y amasamos unos 15 minutos en velocidad media. Incorporamos la sal transcurridos unos 4 minutos del amasado.
Panificadora (yo lo amasé con panificadora)
Incoporamos primero todos los ingredientes líquidos, echamos la harina y, posteriormente, la canela, la levadura y la sal. Prestad atención a que la levadura y la sal no estén en contacto, mejor cada ingrediente en un extremo.
Le damos al programa de amasado. El programa de amasado de mi panificadora incorpora el tiempo del primer levado por lo que dura 1 hora y media. Si vuestro programa no lo incorpora, una vez terminado el amasado, dejar la masa dentro, sin abrir la tapa, durante una hora para que haga el primer levado.
REPOSO y HORNEADO
- Una vez amasado, volcamos la masa en un bol engrasado con aceite y tapamos con papel film, dejamos reposar una o dos horas (en caso de haber amasado en panificadora y haberlo dejado reposar ya, este paso nos lo saltamos).
- Introducimos en el frigorífico y dejamos toda la noche. Al día siguiente (ya sea por la mañana o por la tarde) sacamos la masa del frigorífico. Podemos observar que, durante la noche, ha seguido creciendo.
- Volcamos sobre una superficie enharinada y amasamos un poco con las manos.
- Dividimos la masa en 3 partes, 2 un poco más grandes que serán las bolas principales de nuestros panes.
- Con la tercera parte, la dividimos en 6 partes: 2 de ellas las haremos bolas y serán la bolita con la que coronamos el pan y los otros 4 los estiramos dándole forma de huesos.
Colocamos en 2 bandejas de horno pinceladas con aceite y dejamos reposar para que doblen su tamaño (podéis tapar la masa con un paño húmedo para que no se resequen demasiado).
Si os pasa lo que a mí, que tenéis una cocina fría y con corrientes de aire, es posible que tarden mucho en levar las masas. Para agilizar este paso, podéis introducir las bandejas en el horno a 50º y dejar que leven.
Cuando veáis que han doblado el tamaño (en el horno unos 45 o 50 minutos), sacáis del horno.
Subimos la temperatura del horno a 180ºC y, mientras alcanza la temperatura, formáis vuestros panes. Los pinceláis con huevo, colocáis los huesos sobre la bola, la cabeza y pinceláis de nuevo.
Espolvoreáis por encima con ajonjolí (sésamo) o azúcar e introducís de nuevo en el horno (aseguráos de que ha alcanzado la temperatura de 180ºC. Yo siempre aconsejo el uso de un termómetro para horno es barato y os evitará muchos problemas.
Dejamos hornear unos 30 minutos. Si veis que se está quemando demasiado la superficie podéis poner por encima (pasados mínimo los primeros 20 minutos) un papel de aluminio y dejáis hacer.
Antes de sacarlo del horno, comprobáis, introduciendo una brocheta, que está bien hecho. Ésta debe salir seca.
Colocáis los panes sobre una rejilla y dejáis enfriar.
No es un pan tan dulce como pueda ser un brioche. Es ideal para acompañar bebidas dulces como el atole o un buen chocolate caliente.
Por dentro queda muy esponjoso.
¿Lo habéis probado o hecho alguna vez? Si es así, me encantaría saber qué tal se os dio o si os gustó.
Me gusta mucho cómo te ha quedado Verónica. Es la segunda vez que me lo encuentro en un blog en una semana y creo que tengo que prepararlo!
ResponderEliminarGracias por la receta
¡Besos mil!
http://losdulcessecretosdecuca.blogspot.com.es/
¡Muchas gracias Cuca! Estamos en noviembre y ¡nos ponemos todos como locos con las recetas de temporada! Si lo haces, me cuentas. Un beso
EliminarQue rico se ve, hay que hacer uno sin duda!
ResponderEliminarBs!
¡Pues sí Diana, no hay que perder las tradiciones! Un besazo
EliminarMenudo documental Verónica! Te aseguro que intentaré hacerlo. Por cierto, me encanta el nombre por muy asustador que pueda sonar, jejeje. Siempre me ha llamado la atención la naturalidad con la que se habla de los muertos en este día en México y en Latinoamérica en general y la forma de celebrarlo, tan diferente a como lo hacemos en España, por ejemplo. Las fotos geniales, todo hay que decirlo... ;)
ResponderEliminarSí, es cierto que choca la primera vez pero luego realmente es interesante ver cómo afrontan la muerte. El 1 de noviembre aquí es un día triste y gris que yo quitaría del calendario y, sin embargo allí es ... ¡tan distinto!
EliminarUn post de 10, Verónica! Con su parte cultural/histórica, recetaza con múltiples adaptaciones y fotos preciosas... ¿Qué más se puede pedir? ;-)
ResponderEliminarAy Eva ¡muchísimas gracias! La verdad es que disfruto un montón de este tipo de post donde incorporo historia y tradición. Un beso
EliminarDe verdad Verónica, qué currada de post! Se ve que te quedó fenomenal. Es verdad que el día de los muertos es muy muy especial en México, me gusta ese concepto que tienen y lo bien que nos lo has explicado. Un beso.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Belisame, me alegro un montón de que te haya gustado. La verdad es que la currada del post fue las catastróficas recetas que hice previamente a la definitiva, la redacción del post, en sí, la disfruté muchísimo.
EliminarGracias a ti vamos a conocer todas las costumbres, tradiciones y sobretodo comida de México. Me ha gustado mucho tu post y me ha recordado mucho a una amiga mía a quien le encantan las calaveras mexicanas, de hecho se tatuó una en el brazo. Nos dijo una vez un chico (creo que era mexicano) que tenían un nombre estas calaveras, verdad?
ResponderEliminarNo me enrollo más. Me ha encantado tu post y el pan tiene una pinta estupenda. Y con unas fotos preciosas. Un beso guapa!
Sí, Kai! A la muerte, en México, se le llama La Catrina y, por derivación, también a las calaveras que la representan. Mil gracias por tus palabras, me alegro de que el objetivo del blog se vaya cumpliendo poco a poco. Un beso
EliminarMagnífica entrada Verónica. Me encanta cómo explicas las tradiciones mexicanas porque lo haces desde el cariño, y desde la cercanía. La receta qué decir?, que viendo tus fotografías han compensado los anteriores trabajos frustrados. Dan ganas de hincarle el diente. Buen provecho y feliz día de los muertos.
ResponderEliminarDe veras que sí Yolanda. Es que, tanto Ramón como su familia, te transmiten ese amor por México y por sus tradiciones y cultura cuando hablan, te dan ganas de conocer, visitar y profundizar más en ella. Un besazo
EliminarEres una super chef todo lo que te propones cocinar te queda de espectacular!!!
ResponderEliminarMaria
Ay María, muchas gracias pero no te creas, a veces tenemos sorpresas pero, eso sí, soy muy muy cabezota y, hasta que no lo consigo, no paro. Un beso
EliminarVeronica muy chulo el post, explicación, reseña cultural del origen de la costumbre, las fotos y las indicaciones... todo al detalle. Me han gustado mucho las fotos! Felicidades que además tiene muy buena pinta! Abrazo!
ResponderEliminar¡Me alegro un montón de que te haya gustado. ¡Muchísimas gracias Elena!. Un besazo enorme
EliminarOle! yo siempre le he tenido miedo a esta receta, he estado a punto de hacerla dos veces y a la final he cambiado el menú... Muy bellas las fotos y un post súper completo, enhorabuena!
ResponderEliminarLorena, la próxima vez, haz la masa por la tarde, la dejas una hora levar en un sitio cálido, la metes en el frigo y te olvidas de ella hasta el día siguiente que le des forma y luego hornees. A mí me pasaba como con el roscón, me daba pereza estar admirando la masa a ver si subía o no pero con este método de fermentación lenta, duermes mientras la masa actúa. Gracias!
EliminarJo que pinta más buena y qué forma tan bonita de acercarnos a las costumbres mexicanas, felicidades amiga...
ResponderEliminarMuchísimas gracias Tete. Un besazo!
EliminarNo lo he probado nunca, y tengo que decidirme con urgencia por una receta de tu blog para vencer el respeto que le tengo a preparar platos de cocina mexicana... uuuuf!
ResponderEliminarGema, te aconsejo,que empieces por la tinga. Es muy fácil, viene el paso a paso en el blog. Además el Chile chipotle envasado lo encuentras en cualquier gran almacén . Si ni aguantáis bien el picante, tienes la opción de agregar sólo un poquito del caldo de los chiles para que os vayáis acostumbrando y no sea todo de golpe.
Eliminar¡Qué pasada! Me encanta lo estupendamente que lo has explicado todo, incluidos los diferentes modos de amasado. Dan muchas ganas de hacer tu receta. ¡Un saludo!
ResponderEliminarMuchísimas gracias Ana y gracias por tu visita
EliminarCero, hace unos minutos te deje un comentario en el tema de los chiles, yo soy de la ciudad de México y vivo en León Guanajuato y de verdad estoy sorprendido de tus artículos sobre la comida y cultura mexicana , son muy buenos, las recetas acertadas, si tus seguidores se apegan a estas tendrán un muy buen panorama de la comida mexicana. Te envío un afectuoso abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Ricardo, te agradezco un montón tu comentario. Es cierto que, en cuanto sales de México, lo que se conoce por comida mexicana es más bien lo tex-mex y, tanto a mi marido como a mí, nos encantaría dar a conocer la verdadera cocina mexicana y su cultura, ya que es una maravilla y merece darse a conocer tal y como es. Un abrazo
EliminarHola excelente post y receta, un pequeño comentario no se si en España puedas conseguirlo, 3 cucharaditas de agua de azahar es lo que falta a ese pan para tener el sabor tradicional mexicano. Saludos
ResponderEliminarHola David. Sí, de hecho el agua de azahar lo utilizamos para elaborar el roscón de reyes aquí en España. El pan de muerto hay veces al que se lo incorporamos, otras veces también le ponemos jugo de naranja o de guayaba. La verdad es que las posibilidades son infinitas. Gracias por tu comentario.
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