Cuando viví en Francia no solía tener tantas ocasiones de tomarla, ya que estaba en un colegio mayor y la comida no era precisamente de lujo.
Sin embargo, aún con nuestro limitado presupuesto de estudiantes, de vez en cuando nos dábamos el capricho de irnos a un bistrot a tomarla y, cuando he vuelto, años después con Ramón, lo primero que le he pedido ha sido ir a tomar una sopa de cebolla.
Aún cuando soy defensora a ultranza del aceite de oliva para cocinar, en este caso, si lo que queremos es conseguir el sabor de la verdadera sopa de cebolla francesa, tenemos que cocinarla con mantequilla. Si lo hacemos con aceite cambia muchísimo su sabor y no será lo mismo.
INGREDIENTES: (4 personas)
- 75 gr. de mantequilla.
- 1 litro de caldo de pollo o de carne. Si lo hacemos en casa mejor, si no, vale con uno de tetrabrick comprado.
- 4 rebanadas de pan, gruesas. Si son de tamaño pequeño 8*, lo importante es que cubra el recipiente.
- 150 gr. de queso emmental o gruyère**.
- Sal y pimienta.
- 4 cuencos refractarios aptos para el horno.
(*) El pan debe de tener bastante miga. Uno que va fenomenal para esta receta es el pan para principiantes. Es mejor que sea del día anterior
(**) Es preferible comprar el queso y rallarlo en casa a comprarlo ya rallado pues, muchas veces, los que venden rallados llevan mezcla de otro tipo de quesos.
ELABORACIÓN:
- En primer lugar, pelamos y cortamos las cebollas en aros.
- El pan lo cortamos en rebanadas gruesas de un 1cm o 1,5cm.
- En una cacerola ponemos la mantequilla a fuego medio hasta que se derrita.
- Incorporamos la cebolla y dejamos hacer a fuego lento hasta que esté bien transparente (unos 25 o 30 minutos).
- Añadimos el caldo y dejamos otros 10 o 15 minutos.
- Rectificamos de sal y echamos pimienta (si es recién molida mejor).
- Tostamos las rebanadas de pan.
- Colocamos los cuencos refractarios para el horno y vamos repartiendo la mezcla.
- Espolvoreamos un poco de queso en cada uno.
- Colocamos las rebanadas de pan, previamente tostado.
- Espolvoreamos más queso por encima.
Introducimos en el horno para gratinar, unos 10 minutos o hasta que veamos que el queso se derrite y empieza a tostarse.
Es una sopa bien sencilla de elaborar, con pocos ingredientes y que está exquisita, ¡obvio que te tiene que gustar el queso!
Ideal para los fríos días de invierno.
Tengo que probar que rico se ve.
ResponderEliminarSí Norma, está bien rico. Si lo pruebas ya me cuentas.
ResponderEliminarSe me ha hecho la boca agua, la comí una vez en Cuenca y me ha traído buenos recuerdos, no conocía la receta y la voy hacer me encanta la cebolla y el queso, gracias Vero
ResponderEliminar¡Me alegro Carmen! ya me ha dicho un pajarito que hiciste la receta y os gustó mucho. La verdad es que está buenísima. Un beso
EliminarQué rica, Verónica! Me encanta esa sopa, eso sí, con extra de queso, mmmhhh...
ResponderEliminarAh, y qué bien explicado todo...
Un beso!
Muchísimas gracias Eva. Yo también con extra de queso (¡luego me arrepiento, pero es que está taaaan buenoo!)
EliminarME ENCANTA LA SOPA DE CEBOLLA
ResponderEliminarNo recuerdo dónde la probé y me encantó, muchas gracias por su excelente explicación. Se ve superdeliciosa. Bon appetit.
ResponderEliminarMuchas gracias Eli!
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