ROSCÓN DE REYES PARA PRINCIPIANTES

Se nos echa la Navidad encima y todavía no hemos empezado con recetas de la época.
Este año no quería dejarlo pasar sin poner la receta del roscón de reyes. Dudé mucho sobre qué receta poner ya que he probado varias y la mayoría me han encantado. Al final me decidí por poner la receta más sencilla que conozco, roscón de reyes para principiantes,  para que todo el mundo se anime a hacerlo. No hay nada más agradable que levantarse el día de reyes y, entre el bullicio de los niños jugando con los regalos que les acaban de traer los reyes y la casa llena de papeles tirados, ponerse  a hornear un rico roscón y que toda la casa huela a azahar.

La elaboración del roscón de reyes es similar a la del Pan de Muerto, en ambos casos se trata de un pan dulce de fermentación lenta. Al igual que éste, el misterio consiste en que la masa leve bien antes de hornear y para ello, os recomiendo que el amasado lo hagáis el día anterior y dejéis la masa fermentando en un bol, toda la noche, en el frigorífico. De esta forma, no os pasaréis todo el día admirando vuestra masa para ver si ha conseguido crecer o no, la dejáis, os olvidáis de ella y punto.

El problema es que no todas las casas son iguales. Mi cocina, por ejemplo, es bastante fría y tiene corrientes de aire, por lo que cuesta mucho que la masa leve en pleno invierto. Con este método, la fermentación será lenta y os olvidaréis de la masa por completo, hasta el día siguiente.

Desde que descubrí que el roscón me salía de maravilla en mi panificadora, no lo he vuelto a hacer de otra forma. El misterio está en que mi panificadora tiene un programa de amasado que incluye una hora de reposo. Os explicaré, por lo tanto, su amasado en panificadora.
Asimismo, os explico también el amasado en forma tradicional, con amasadora o thermomix.

INGREDIENTES:

- 130 gr de leche
- 70 gr de mantequilla
- 3 yemas de huevo
- 20 gr de esencia de azahar
- 400-450 gr de harina de fuerza
- un pellizco de sal
- 70 gr de azúcar
- La ralladura de la piel de una naranja
- La ralladura de la piel de un limón
- 40 gr de levadura prensada (o 13 gr de levadura seca) de panadería

ELABORACIÓN:

La elaboración es muy simple.

El día anterior a que lo vayáis a hornear, añadís en la cubeta de la panificadora, en primer lugar, todos los ingredientes húmedos (leche, mantequilla previamente derretida, huevos y agua de azahar).
Seguidamente incorporamos los ingredientes secos (harina, azúcar, sal, ralladuras de limón y naranja y levadura de panadería (hay que prestar atención a que la sal y la levadura no se toquen, colocar cada una en un extremo opuesto de la cubeta).

Elegimos el programa de amasado. En mi caso dura hora y media e incluye una hora de reposo. Si vuestro programa sólo incluye el amasado, sin reposo, una vez que termine, sin abrir la tapa, lo dejáis dentro una hora más.

Amasado Manual:

En un bol grande colocamos todos los ingredientes secos excepto la sal (harina, azúcar, ralladura de naranja y limón y levadura). Hacemos un hueco en medio y vamos incorporando los líquidos (leche, mantequilla, huevos y esencia de azahar). Mezclamos bien todos los ingredientes con ayuda de una espátula de panadero o cuchara de madera. Una vez bien mezclados, volcamos la masa sobre una superficie enharinada, y procedemos a amasar. La sal la incorporamos a mitad del amasado. A mí, personalmente, el método de amasado manual que más me gusta es el amasado francés. Podéis verlo bien en este vídeo de La cocina de Babette.

Amasado en Thermomix:

Volcamos todos  los ingredientes en el vaso (salvo la sal), primero los secos (harina, azúcar, ralladura de naranja y limón y levadura) y después los húmedos (leche, mantequilla, huevos y esencia de azahar) y mezclamos 30 segundos a velocidad 6.
Amasamos 3 minutos en velocidad espiga. Incorporamos la sal una vez transcurrido el primer minuto.

Amasado en amasadora:

Incorporamos todos los ingredientes (salvo la sal) en la cubeta de la amasadora con el accesorio gancho. Mezclamos 2 minutos a velocidad baja y amasamos unos 15 minutos en velocidad media. Incorporamos la sal transcurridos unos 4 minutos del amasado.
LEVADO:

Una vez amasado (con la opción elegida)  volcamos la masa en un bol, previamente engrasado, ponemos un papel film en contacto con la masa para que no se reseque e introducimos en el frigorífico hasta el día siguiente. De esta forma tendrá lugar una fermentación lenta que hará que la masa quede más esponjosa.

Al día siguiente, sacamos nuestra masa del frigorífico, volcamos sobre una superficie enharinada y amasamos un poco con ayuda de las manos. Con esta masa podemos hacer 1 roscón grande o dos medianos.

Hacemos una bola con un agujero que iremos agrandando poco a poco para dar la forma de roscón.

Colocamos sobre una bandeja de horno. Yo le pongo un aro de emplatar (de venta en ferreterías o tiendas multi precio) en el agujero, para evitar que, al crecer en el horno, se me cierre el agujero y pierda la forma.

Dejaremos en un lugar cálido para que doble su volumen. Si vuestra cocina es fría, como la mía, o queréis agilizar el tiempo de levado, podéis meterlo en el horno a 50º para que leve y duplique su volumen. Tardará aproximadamente una hora.

Una vez duplicado su volumen, sacamos del horno, pincelamos con huevo y decoramos a nuestro gusto (almendras, azúcar, frutas escarchadas, etc)

Precalentamos el horno a 180º e introducimos la bandeja con un vaso de agua en medio para asegurarnos humedad dentro del horno.

Si hacemos roscones medianos, horneamos un total de 25 minutos pero a los 20, si vemos que se nos está tostando demasiado la superficie, abrimos y colocamos encima un trozo de papel de aluminio.

Si hacemos un roscón grande, añadimos 5 minutos más al horneado. No obstante, pinchamos con una brocheta antes de sacarlo para verificar que se ha hecho correctamente.

En repostería, y más aún en recetas de este tipo, el termómetro de horno es imprescindible, nos asegura que estamos horneando a la temperatura que deseamos ya que cada horno es un mundo. Si alguno ha hecho el roscón, le crece mucho dentro y, una vez fuera, se le baja, es debido a la temperatura del horno. El termómetro es una inversión barata que os dará muchas alegrías.

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Una vez horneado, sacamos, dejamos en la bandeja 5 minutos más y pasamos a una rejilla para que termine de enfriarse.

Podemos tomarlo así o relleno de nata montada.

No olvidéis colocar una sorpresita dentro. Mi padre solía colocarnos, sin que nos diéramos cuenta y según iba cortando los trozos una moneda  en cada uno de los trozos así todos teníamos nuestro regalo.

Os recomiendo que, quienes todavía no se atrevan con el roscón, hagan esta receta, es muy sencilla y el truco son los tiempos de levado, respetándolos, sale muy bien.

Una vez que hagáis vuestro primer roscón y os salga bien, os aseguro que no volveréis a comprar uno. Y, si no os sale bien a la primera, no desesperéis y seguid intentándolo. Si lo hacéis como os digo y lo dejáis la noche anterior fermentando en el frigorífico, bien tapada la masa, seguro que os saldrá perfecto.

No hay nada mejor que un buen roscón  recién horneado con un chocolate caliente el día de Reyes para merendar.

Y vosotros, ¿preparáis vuestros propios roscones en casa? Si no es así, espero que con esta receta no tengáis excusas para hacerlo este año.