Tenemos la suerte de tener amigos que vienen habitualmente y nos van trayendo municiones pero, a Ramón ya le urgía su salsa y no podía esperar a que su amigo Fernando llegase, así que me pidió que la hiciésemos.
La verdad es que es, tan sencilla de elaborar y dura tanto, que merece la pena hacerla y tener siempre en casa.
Es una de las salsas más picantes que hay, pues está elaborada con puro chile. Asimismo, se le puede añadir cacahuete e, incluso, un poco de sésamo, y está verdaderamente rica, ¡eso sí, tomada con mucha moderación salvo que uno sea súper resistente al chile!
INGREDIENTES:
- 100 gr de chile de árbol (nosotros utilizamos chile serrano seco)
- 125 gr de cacahuetes pelados.
- 1 o 2 cucharadas de sésamo tostado (ajonjolí) - opcional
- 100 gr de aceite de oliva (nosotros utilizamos oliva virgen).
- 1 diente de ajo.
- Sal(*).
(*) Si los cacahuetes llevan sal le añadiremos una poca al final para rectificar. Si no, le añadiremos un poco más desde el principio. El problema de esta salsa es que lo que es probarla para ver cómo va de sal está bien complicado por el grado de picor que tiene así que, salvo que aguantes muy bien el picor, tendrá que ser un poco a ojo, más vale quedarse corto que abusar de ella, siempre se podrá añadir más una vez hecha.
Ya sabéis que en España tenemos varias tiendas donde podemos comprar los chiles así como otros muchos productos mexicanos.
ELABORACIÓN:
- Ponemos en una sartén con un poco de aceite, el diente de ajo a sofreir.
- Añadimos los chiles y sofreímos un poco, apenas 10 segundos, vuelta y vuelta. Si los sofreímos más, corremos el riesgo de que amarguen.
- Los retiramos y, en el mismo aceite, sofreímos los cacahuetes un poco. Si utilizamos sésamo, procederemos igual.
- En una batidora, licuadora o thermomix, juntamos los chiles, cacahuetes, el ajo, el aceite que hemos utilizado para sofreír y el resto del aceite crudo y rectificamos de sal. Licuamos bien hasta que nos quede todo bien molido.
- Guardamos la salsa en botecitos de cristal en el refrigerador. Nos durará muchísimo tiempo.
Cuando vayamos a consumirla, veremos que el aceite se ha separado del resto y quedará en la parte de arriba, cogeremos con la ayuda de un cuchillo o cucharita un poco de la mezcla que habrá reposado.
Acompaña cualquier plato al que queramos añadir un toque de picante y sabor, unos huevos revueltos, unos perritos calientes, fajitas, hamburguesas, sopas, etc. Basta con añadir un poquito de esta salsa y remover. La diferencia es que Ramón le añade una cucharada mediana y yo, apenas una puntita del cuchillo y lo remuevo bien.
Wooo esa salsa si es para bien machos y machas jajaja, la he probado y pica tremendo pero que rica esta, gracias por la receta besitos.
ResponderEliminarjajaja! Tienes razón Norma, pero....¡Qué rica está!
ResponderEliminarEsta salsa pica muchísimo pero esta riquísima. Cuando vino mi suegra de Mexico. Nos la preparó. Y a mi marido se le ocurrió la grandísima idea de gastarme una broma.
ResponderEliminarEstábamos celebrando una calçotada (una especie de cebolleta asada que se come en Cataluña, y se unta con una salsa) y en un momento de despiste me cambió la salsa de los calçotos por la salsa macha.
Imagine yo confiada unté todo el calçot con la salsa macha y todo a la boca.... Me salían unos lagrimones del picante....
Que gracioso que es mi maridito....
estaba buscando una salsa potente . y la encontré no conocia tu blog . me encanta hace poco anduve por tierras mexicanas y me fascinaron sus platos picores de varios niveles , yo que siempre ando que no pique mucho me enomoré de tantas cosas . un sincero abrazo desde las islas baleares
ResponderEliminarHola Marga, me hace ilusión que hayas llegado hasta el blog y hayas encontrado lo que buscabas. Yo, antes de conocer a mi marido no toleraba el chile pero poco a poco me fui acostumbrando y ahora forma parte de mi alimentación habitual. Me alegro muchísimo de que te vip usase México, es una autentica maravilla. Un abrazo
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