¡Que no cunda el pánico, todo tiene arreglo! Bueno, siempre y cuando no sea una galleta que se nos ha caído y se ha hecho miguitas, ¡claro!
Pegar una galleta que se nos ha partido y el corte es más o menos limpio es igual que si fuéramos a pegar una taza con "super glue", la diferencia es que, en este caso, utilizaremos la misma glasa con la que decoramos las galletas.
La ponemos (si no la tenemos preparada todavía para decorar) en una manga pastelera y con una boquilla del 1, 2 o 3 vamos aplicando una pequeña cantidad en una de las piezas de la galleta.
Con cuidado, y sin apretar demasiado, colocamos encima la otra pieza para pegarla. Aplicamos un poquito de glasa para igualar un poco la grieta, tanto en la parte delantera como la trasera.
Dejamos secar un ratito, y ¡voilà! ya tenemos nuestra galleta preparada para decorar con glasa o con fondant.
Una vez decorada no se notará nada que tuvimos que pasar por enfermería para arreglarla un poco.
muy buena solución, para reparar una galleta única, gracias.
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